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¿Hacia dónde va China económicamente?

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El mundo entero ha visto con asombro la agresividad en términos de crecimiento macroeconómico que ha experimentado China desde principio de los 80 ¿Cómo una economía semi-feudal se convierte en apenas 60 años en la mayor economía del mundo? ¿En qué consiste la economía socialista de mercado? ¿Qué harán las potencias que se ven amenazadas por el avance Chino? ¿Hay capitalismo o comunismo en China?.

Todo parece apuntar que a la “Larga Marcha” de Mao aún tiene muchos kilómetros por delante.

Una Nación Atrasada

China en los años 50

Al término de la segunda guerra mundial, China era una nación subyugada por el imperialismo japonés, cuyo objetivo era el dominio del continente asiático y China por su extensión, era la joya de la corona asiática. Si bien las bombas de Hiroschima y Nagasaki de agosto de 1945 representaron una tragedia para el pueblo japonés, no obstante, para China significó la oportunidad de liberarse del yugo Japonés. Según cálculos de la ONU, la renta per cápita en China era para 1949 de unos $40 mientras que en el resto del mundo rondaba los $250.

El planteamiento de Mao de la “Guerra Popular Prolongada” fue un acierto para llegar a poder. Sin embargo, los comunistas sabían el grado de atraso de China y el reto que enfrentaban. El primer plan de industrialización se puso en marcha después de la guerra y con la ayuda de la URSS, las principales industrias fueron nacionalizadas y se comenzó el periodo de reconstrucción económica.

Los posteriores roces con el modelo soviético se sintieron cerca de los años 60, cuando China decidió seguir su propio camino bajo su interpretación del Marxismo-Leninismo-Maoista. Esta ruptura coincidió con lo que China llamó “El Gran Salto Adelante” el plan representó en poco tiempo la duplicación de la producción de hierro y acero; y una mayor inversión extranjera, pero las sequías e inundaciones rápidamente desataron la hambruna de finales de los 50.

La China Post Mao

Las altas ambiciones en términos económicos se vieron mermadas por estos eventos. Sin mayores resultados exitosos la economía china intenta levantarse, pero las condiciones hidrológicas y la ineficacia en la producción constituyeron el mayor obstáculo. A la muerte de Mao, se impone el llamado “Bloque reformista” encabezado por Deng Xiaoping. China buscó formulas para transformar su economía planificada en una economía de crecimiento.

La primera fase de las reformas del 78 consistía en la “descolectivización” de la agricultura, ordenada anteriormente en comunas; la apertura del país a la inversión extranjera y mejores condiciones para el emprendimiento. En los años 90, el enfoque recaía sobre las industrias pesadas. El estado siempre tuvo el control de las reglas de producción pero con márgenes de maniobra para la empresa privada, sector que representó en 70% del PIB en el 2005.

Desde su inicio hasta hoy definen su modelo como una economía socialista de mercado, planteamiento que para los ortodoxos resulta un disfraz de capitalismo, pero para otros resulta una economía mixta que concilia al Estado y a la empresa privada. En China se le conoce como “Socialismo con Características Chinas”. Resulta sorprendente que las industrias básicas, sector de telecomunicaciones y sector bancario son en su mayoría son empresas del Estado, pero que compiten entre ellas y con las privadas en un esquema de precios determinado por el mercado.

El Estado no favorece a ninguna empresa ni fija precios. Según el Foro Económico Mundial, la economía china está siendo alimentada constantemente por la incorporación masiva de mano de obra barata y mejor aprovechamiento de los recursos naturales. Sus mayores motores económicos son la apertura comercial que estimula las exportaciones a través de subsidios impositivos; la permisibilidad de inversión en el exterior, que significa grandes flujos de capital entrante y una masiva inversión en infraestructura y transporte.

“Una amenaza que quiere destruirnos”

Hasta ahora, las potencias los ven crecer a tasas anuales de 8 y 7%. Han pasado de ser un país que quería independizarse de Japón, a ser la primera economía del mundo. Donal Trump ha dicho públicamente “Son nuestro enemigo y quieren destruirnos”. Desde el punto de vista económico se disputan los primeros lugares y eso los hace rivales naturales, pero no enemigos.

Según el editorial del pasado lunes del diario “China Daily” el mandatario estadounidense estaba “jugando con fuego”. Y es que Trump ha coqueteado con la idea de la independencia de Taiwan, lo que va en contra del la política de unificación de China. En realidad el trasfondo del asunto consiste en la idea de que los chinos han quitado puestos de trabajo a los estadounidenses con la migración de industrias debido a la llamada “Mano de obra barata”

"Desde 1999 a 2011, el crecimiento de las importaciones de Chinas le costaron a Estados Unidos alrededor de 2.4 millones de puestos de trabajo", Según el centro de estudios estadounidense.

EE.UU no puede olvidar que China es el mayor tenedor de bonos estadounidenses y representan unos 1,26 billones de dólares, lo que le convierte en su mayor acreedor. Aspecto que parece no importarle a Trump.

Lo cierto es que Trump solo es una pequeña piedra en los zapatos de China. Las proyecciones chinas van mucho más allá el mandatario estadounidense o la venta de los bonos.

China apunta hacia el 2049

El ex-presidente Xi Jinping, proclamó el llamado “Sueño Chino” según el cual para el 2021 todos los chinos deben vivir “modestamente acomodados”

Pero la meta del desarrollo pleno y consolidación como la principal economía mundial en realidad está fijada para el 2049, año de importancia simbólica vital, pues se conmemoran los 100 años de la fundación de la República Popular China ¿Logrará China convertirse con su modelo comunista sui generis en la primera potencia económica y generadora de bienestar en el mundo para 2049?